sábado, 3 de mayo de 2008

Silogismo de Altura

Silogismo de altura.
Por: Anselmo Bautista López.



Algo alarmante está sucediendo en este milenio. Y es que se está perdiendo la prudencia y la inteligencia a paso veloz.

Que un Gobernador le miente la madre a la oposición es una locura;
Que Bush confunda la Batalla de Puebla (5 de mayo de 1862) con el de Independencia de México (1810), es ridículo;
Que Diputados secuestren el Congreso por órdenes del PG, es el colmo.

Pero lo que más llamó mi atención fue la profundidad de pensamiento del arzobispo de Guadalajara, el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, cuyas palabras transcribo porque me parecen dignas de quedar grabadas en la historia junto con la de los grandes pensadores:

“No hay rico, rico, rico, rico que sea honesto, porque trabajando nadie se hace rico, porque si trabajando se hiciera uno rico, los burros serían los más ricos. Trabajando nadie se hace rico”.

Es una preciosa perla que me ilumina, expande mi cerebro y me remite al año 335 para revisar junto con Aristóteles esta nueva modalidad de la Lógica.

Y se me ocurre preguntarle a Aristóteles: ¿Cuál es la diferencia Maestro entre un rico, rico, rico, rico y un rico, rico, o un rico a secas?
Aristóteles medita y dice: Una explicación podría ser que el primero sale en Forbes, el segundo en Quién y el tercero en la Sección de Sociales de los periódicos.

Para el Cardenal citado, los que no son honestos, son los primeros que aparecen en Forbes. Los ricos quisieran ser ricos, ricos, ricos, ricos, lo cual los hace ser candidatos voluntarios a la deshonestidad.

Lo más interesante de sus profundas palabras es que si el trabajo enriqueciera los burros serían riquísimos, pero como esto no es así (según él), los ricos no son burros, lo cual significa que solo los billetes hacen desaparecer lo burro en donde hasta los tontos parecen inteligentes.

Este sí que es un silogismo de altura que por más que empeño mi esfuerzo en comprenderlo y desarrollarlo, mis ideas se quiebran y el silogismo del Cardenal se convierte en un misterio.

¿Y si a esto le añado el hecho de que hasta en televisión nos enseñan teología? Pues me entero que “Las Tontas No Van al Cielo” lo cual rompe mi caja de creencias pues siempre he pensado que las tontas tienen entrada directa al cielo, considerando que la historia ha demostrado que la estupidez tiene un parecido a virtud teologal.

Después de haber dicho estas inolvidables palabras que han salido de su más profundo razonamiento, seguramente el Cárdenal, le dará un mejor destino a los 30 millones ya entregados y los 60 por entregar por parte de los ricos, ricos, ricos, que son destinados para hacerle su santuario, si es que no se enojan con él por haberlos calificado como deshonestos.

Moraleja: Si quieres ser rico, primero tienes que dejar de trabajar como burro, pues los burros no se hacen ricos. Y enseguida, ser deshonesto. O bien, convertirte en Cardenal y recibir a manos llenas millones mientras le dices deshonesto a quien te provee.

Conclusión: Los burros no salen en Quién y mucho menos en Forbe.

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