jueves, 5 de junio de 2008

Iniciativa Mérida.


Cocaína incauta de un pequero. Fuente EFE/

Como podrán ver no soy tan patriota como parezco, pero como dijera José José, “pido un aplauso para el amor”, y otro para Calderón que rechazó la “ayuda” pichicatera del Congreso de los Estados Unidos para combatir el tráfico de drogas. Con esto, Calderón se ha ganado puntos y simpatías de los mexicanos que les ha salido el patriota que llevan dentro pues ha defendido tajantemente nuestra soberanía.

Y es que las condiciones impuesta por el Congreso de Estados Unidos que aparentemente son muy humanitarias, no dejan de apestar a intervención.

¿Recuerdan la Iniciativa Colombia? Pues es la misma burra sólo que con otro nombre.
Los que estamos enterados (y ahora lo estará usted también querido lector) es que con este tipo de “ayuda” pegado con sus condiciones, la Casa Blanca puede controlar el ejército del país ayudado, la inteligencia, la lucha subversiva a la vez que va dando ciertos golpes espectaculares al comercio de la droga. Esto pareciera ser justo dentro de una cooperación bilateral en la lucha contra el narcotráfico.

Pero si es usted vivillo notará que a la Casa Blanca le importa todo menos disminuir el fenómeno global del crimen organizado y del comercio de la droga.

A pesar de todo el despliegue de recursos y de fuerza, a pesar de la “guerra frontal” contra el narcotráfico y el crimen organizado llevado a cabo en Colombia y otro tanto en México, el consumo de drogas en Estados Unidos goza de plena salud y sigue nadando sobre la blanca nieve como si fuera su elemento.

Si existe un país donde se consuma más droga que café ese es Estados Unidos. Si en verdad la buena voluntad estuviera puesta para combatir al narcotráfico, la lucha efectiva contra ésta se vería reflejada en la disminución del consumo de drogas. Evidentemente no es así, pues se muestra una tendencia a la alta.

Para aquellos que saben de lo que hablo, el Plan Mérida o Iniciativa Mérida es el reflejo exacto de la Iniciativa Colombia, pero también es como un espejo del Plan Marshall para Latinoamérica.

Lo que vemos es un interés de la Casa Blanca por capturar Estados para sus fines estratégicos menos para combatir al narcotráfico como actividad global, pues éste es sólo el pretexto, como pretexto fue el terrorismo para encarnarse contra nuestros compatriotas ilegales.

Nadie desconoce que cuando Estados Unidos se declara a favor de los Derecho Humanos (inmediatamente Amnistía Internacional lo apoya como si fuera su hermana) siempre suelta una sonrisa burlona llena de hipocresía.

Una de las condiciones del Plan Mérida es vigilar al ejército y policías de que cumplan y respeten los derechos humanos. Amnistía Internacional califica de sabotaje al Congreso por la negativa de México a aceptar esta condición. Lo que debería de hacer Aministía Internacional es cumplir su función y echarle un vistazo a Guantánamo por lo menos.

Por eso “pido un aplauso para el amor” y otro para nuestro Gobierno de México, del cual tengo a parte cosas desfavorables qué decir con respecto al narcotráfico.

Las condiciones del Senado para llevar a cabo el Plan Mérida son contraproducentes e inaceptables por México, cuyo plan se derrota por sí mimo por su falta de respeto a la democracia, ya que no contiene mecanismos de cooperación con Estados Unidos, de manera igualitaria. Y lo peor del caso que el Plan fue diseñado por el Congreso de Estados Unidos de manera unilateral sin contemplar las posiciones de Gobierno Mexicano. En otras palabras, Estados Unidos, en sus períodos de bajo nivel intelectual supuso que a cambio de una “limosna” podría intervenir abiertamente dentro de las decisiones de México.

No niego la importancia de una colaboración efectiva con el vecino país el norte en contra del crimen organizado, el cual lo reduzco a tres puntos de actividades:

1. México, correteando y cazando como conejos al crimen organizado.
2. USA, gastando su limosna en concienciar a sus chamacos para prevenirlos del consumo de drogas.
3. Que México y USA dejen de proteger a algún bando en particular del crimen organizado.




Un cortísimo cuento:

Mientras Nopalitus engullía sus alimentos, alguien tocó a su puerta. Era el vecino, Samuelas. Este le dijo:
-Oye vecino, fíjate que me he dado cuenta que tienes problemas con tus niños rebeldes. Hablando con mi mujer, decidimos ayudarte con dinero a cambio de que me dejes entrar a tu casa y decirte cómo educarlos.
-¿Y tú quién eres para venirme a decir a mí qué es lo que tengo qué hacer?
-Bueno, es que se han metido a mi terreno y están haciendo estragos a mis hijitos.
-Pues educa a tus hijitos y deja que yo me encargue de los míos. Ahora que si quieres soltarme el dinero te lo acepto a condición de que no me pongas condiciones y ni te quieras meter a mi casa, porque al rato vas a querer meterte con mi vieja como lo hiciste unas casas más abajo.
-Ejem, ejem, bueno, déjame pensarlo.
-Aunque podemos trabajar conjuntamente, si te parece. Si quieres entrar a mi casa, déjame entrar a la tuya. El problema aquí es que mis hijos venden y los tuyos consumen. ¿Quieres acabar con eso? Educa a tus hijos y evita que consuman. Así los míos no tendrán a quién venderle.
Ambos se despidieron quedando en nada. Nopalitus le dio la mano y Samuelas se la llevó espinada.


Saludos a todos.

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