lunes, 17 de agosto de 2009

La risa



La Risa.
Por: Anselmo Bautista López

Dicen por la vecindad que soy muy serio. No sé porqué lo digan. Puede ser que no me ven reír tan seguido o casi nunca.


Es posible que tengan esa opinión de mí porque no saludo como acostumbran a saludarse (¡Qué onda wey! ¡Qué onda puto!) o no me paro en la calle a platicar o en definitiva no me haya echado una cervecita con ellos.


A ver, a ver. ¿Serio yo? Ese comentario de que supuestamente la risa tiene efectos benéficos para la salud y el bien estar me dejó con un piquete de abeja en la oreja preguntándome cuántas veces me había reído durante el día. Veamos… humm. No, ninguna. ¿O sí? Sí, una vez. Pero no fue una risa. Acaso fue una mueca de sonrisa a un cliente. Creo que sí tienen razón. Soy un tipo serio, y acaso estaré enfermo sin saberlo…


¡Pero eso no puede ser! Me siento estupendamente desde que empecé a darle vueltas al Sol.


Cierto es que muy poco río. Cuando era niño sobre todo el tiempo que no recuerdo, quizá de 5 años para atrás, seguramente reía por todo y por cualquier gracia, tal y como lo hace mi hijo. Pero también es seguro que tuve mis momentos de enojo y hasta de llanto.


Dicen los que saben que un niño ríe 300 veces al día en promedio.


¡¿Que, qué?! Sí que estoy lejos. Muy lejos de ser como un niño y sobre todo un adulto saludable. Cristo ha de ver sido el hombre más enfermo del mundo. Bueno, la Biblia nunca dice que haya reído alguna vez, aunque yo dudo que no lo haya hecho.


A ver, veamos:


· El hombre y la mujer son los únicos animales que saben reír y al parecer la hiena y el orangután.

· La gente se ríe de lo que ve, de lo que oye, por imágenes mentales, por placer que le produce un hecho, por gesticulaciones cómicas, por ocurrencias de otros, por algo necio o soez, por preguntas y frases absurdas, por ironías inteligentes a veces de forma crítica.

· También la gente se ríe de los demás con crueldad cuando han tenido un accidente sin mayores consecuencias.


Tratando a los que sí saben:


· Emilio Temprano nos dice en su libro El Arte de la Risa que Cicerón abandonó el tema como una cuestión irresoluble.

· Hobbes dice que “la risa procede de la súbita concepción de nuestra superioridad”.

· Kant pensaba que la risa es una emoción nacida de la súbita reducción a nada de una inmensa expectativa.

· Goethe, en cambio, consideraba que “lo irrisible proviene de un contraste moral, que de manera inofensiva es puesto en relación con nuestros sentidos”.

· Aristóteles nos caracterizó como seres rientes, como consecuencia de esta posición legó sus reflexiones sobre la comedia. Consideraba a la risa como "un ejercicio corporal valioso para la salud".

· Arthur Koestler, especialista en el tema de la risa, dice que “el humor es la única forma de comunicación en la cual un estímulo con un alto nivel de complejidad produce una respuesta estereotipada y predecible a un nivel fisiológico”.

· Para José Elías, psicólogo y seminarista de risoterapia (técnica de curación mediante la risa) dice que el ser humano es una combinación perfecta de herencia y de conducta, depende en gran medida de cuáles son las posibilidades, las situaciones y las creencias, las supersticiones, los pensamientos y las actitudes. “Yo creo que reír, ser feliz, se consigue teniendo los logros adecuados con los que una persona puede retroalimentarse. La felicidad no está en no querer nada ni en querer tenerlo todo sino en tener adecuadamente tus proyectos en marcha y que lo vayas consiguiendo", matiza. Piensa que la juventud actual tiene mucho confort pero no es feliz porque pretenden tenerlo todo sin esfuerzo, que las cosas surjan de la nada, y quieren sobre todo tener sus necesidades cubiertas. "No tienen ilusión. Les veo reír cuando se están divirtiendo pero a mí me interesa la risa en estado permanente que te permita que en cualquier momento te rías de la situación, aunque no lo expreses. Les falta ilusión, están desorientados y muchos de ellos deprimidos", añade.

· Los neurólogos creen que ciertas lesiones en el córtex prefrontal pueden causar una incapacidad para asimilar y crear metáforas y por tanto para entender situaciones o conversaciones graciosas. Han conseguido con resonancia magnética imágenes de los cambios de oxigenación de la sangre que acompañan una actividad mental cuando se produce una reacción humorística.

· Mariano, payaso profesional, explica: “Desde el año 1978 realizo actividades lúdicas en el Hospital del Niño Jesús de Madrid. Cada vez los niños se hacen adultos antes, los videojuegos, la sociedad... En el equipo de voluntarios que dirijo intentamos que los niños se rían, no como terapia, sino como humanización. El niño se olvida de la enfermedad, se olvida de su dolencia hasta tal punto que le apetece estar en el hospital, algo que no es muy bien aceptado por los médicos.”


Muy bien, ya tenemos algo de material.


De todo esto me surge una preguntita: ¿Los hombres serios necesariamente son infelices o presentan algún síntoma de enfermedad?


No lo sé pero tampoco me veo interesado en acudir a alguna sesión de Risoterapia para reír como un idiota. Esto, partiendo de que mi experiencia me dicta que tan necesaria es la risa como el dolor.


Dudo mucho que riendo más mi vida se haga más placentera. Lo que en realidad hace que mi propia vida sea placentera es precisamente esa combinación de errores que pueda cometer, de los fracasos que me deba tragar y de los logros que pueda alcanzar. Encuentro placer en muchas cosas como ver nuevamente el día, buscar soluciones a problemas cotidianos, escribir en este blog aunque nadie me lea, pensar en la gente que quiero y saber que alguien piensa en mí también. Muchas cosas me causan placer. Y ninguna de ellas me causa risa, simplemente me causan placer, dicha, alegría, pero no risa.


Más no quiero decir con todo ello que soy una persona feliz. He comprendido que sólo existen pequeños momentos de felicidad y también momentos de desgracia y mucho dolor. Y nada de ello enferma sino se cae en los extremos. He sido feliz pero también desdichado, he derramado carcajadas pero también llanto. Y tanto de una como de la otra he aprendido algunas cosas.


Aún la persona más feliz del mundo enfermaría si sólo estuviera riendo, a parte de que se vería un idiota y hasta llegaría uno a sospechar si no se habría estado humeando el bigote en busca del Nirvana.


Hay quienes consideran a la risa como un sistema inmunológico, como un mecanismo de defensa frente a situaciones adversas que le ayudan a ver el problema desde otro enfoque.

No olvidemos aquellos que apelan a la relajación (ausencia de risa) para iluminar la mente y ésta, por ese simple hecho, encontrará la solución.


También están los del otro extremo que requieren de empleados que puedan solucionar problemas bajo tensión.


Otros más exagerados señalan que la libertad se consigue mediante la risa.


No hay que pensar mucho. El humano tiene necesidad de reír, tanto que, incluso compramos carcajadas pagando a un comediante. Supongo que para reír más habrá que ser más receptivo a las simplezas. Por ejemplo, reírme como todos cuando alguien se echa un pedo o cuando alguien resbala y cae.


Conocí a alguien que contaba los chistes más simplones y obvios que no nos provocaba la risa y tratándonos de retrasados terminaba explicando el chiste (lo cual era más largo que el propio chiste), y entonces terminábamos riendo por su forma afanosa de que lo entendiéramos. Terminábamos riendo, no del chiste sino de él.


La risa ante todo es una especie de crítica que no tiene como ingrediente la intensión de ofender pero que pone de manifiesto vicios individuales o colectivos, los abusos o deficiencias a través de la ridiculización, las locuras, la farsa, la ironía, la sátira, el sarcasmo, la parodia, la exageración, las comparaciones, la analogía, los dobleces, la yuxtaposición.

En sí, la risa ataca una realidad que se desaprueba individual o colectivamente de manera inofensiva.

Obvio es que nadie ríe igual por las mismas cosas. Y aunque la risa es única, a veces me parece que hay risa estúpida y una risa inteligente.

La risa inteligente es más probable que salga de aquel que ha tenido que afrontar o defenderse de muchas cosas. Sabe reírse en los tiempos buenos como en los malos a solas o acompañado. Muta el conocimiento en acción. Supongo que esto hace que la piedad roussoniana o la dionisíaco en Nietszche son realidades cercanas a su condición.



"¿Y quien sabría, en general, reír y vivir bien, si previamente no supiese bien lo que es la guerra y la victoria?"

NIETZSCHE


En cambio, está aquel que siempre anda de buen humor, que ríe de todo y por todo, que parece no tener ningún problema y los que tiene se le resbalan. Pero también lo he visto no poder resolver situaciones complejas. Antes bien, les da la vuelta. No tiene la menor idea de lo que sucede alrededor o lo que está por venírsele encima. Supongo que les cuesta trabajo reírse a solas.


Parece que el alma humana nada mucho mejor en la superficie de lo superfluo.


Supongo que todos reímos infaliblemente de las cosas que nos agarran por sorpresa y que resultan graciosas e incluso de aquellas que nos dan nervios. Pero no todos hallamos la gracia en las mismas cosas.


Un ejemplo: Recuerdo a ver realizado un levantamiento de cadáver. El sujeto había sido atropellado y su materia encefálica estaba expuesta. Lo llevamos al anfiteatro y al subirlo a la plancha todo su cerebro cayó regado en mi zapato. El que estaba junto a mí (un periodista que nos echó la mano) saltó de susto de una forma graciosa mientras yo rompí a las risas. Al siguiente día salió el perdiodicazo contra mi persona como alguien que le faltaba al respeto a los muertos. También volví a reír, porque en realidad no reí del muerto sino del periodista.


Esta anécdota no tiene nada de chiste, pero fue algo que me agarró por sorpresa y me movió a la risa, mientras que al indignado periodista le dio susto y me puso en mal con su nota.


Así que la disposición de reír o ponerse serio está en la forma en que se toman las cosas que nos suceden o le suceden a otros. Reír más o reír menos no trae consigo mayores consecuencias ni benéficas ni maléficas a menos que la otra persona explote y nos dé un puñetazo en la cara.


Aunque yo no me considero una persona seria como dicen los vecinos sí noto que, acaso cada vez existen menos cosas que me sorprenden y sean graciosas que me hagan reír. Esto tal vez es lo que me aleja de la gente, suponiendo, como lo creo, que en cualquier tipo de relación la risa es la distancia más corta entre dos personas.


Pero eso sí, no encuentro mejor risa que aquella de cuando me río de mi mismo.


Y como no veo para cuando terminar este post, mejor aquí los dejo con algunos pensamientos y unos cuantos chistes.



"Mi risa —responde Demócrito— tiene como un objeto único el hombre, lleno de sinrazón, vacío de obras rectas, pueril en todos su proyectos; que sufre sin motivo, se sacrifica sin fin; a quien sus deseos inmoderados han llevado hasta los límites de la tierra y a las inmensas cavidades: el que funde la plata y el oro y no cesa de adquirirlas; el que lucha todo el tiempo por tener más; el que no siente ningún remordimiento al declararse feliz una vez que ordenó a sus esclavos encadenados a excavar las profundidades de la tierra... —y así va enumerando el absurdo de la existencia humana— y todas las locuras me dan risa y sólo deseo estar fuera de su alcance".

Aristóteles e Hipócrates: De la Melancolía,

México, Edit. Revueltas, 1995, p. 66.


En El libro de la risa y el olvido, Milan Kundera señala que el mundo está dominado por ángeles y por diablos, y que es necesario un cierto equilibrio entre ambos poderes:

Si hay en el mundo demasiado sentido indiscutible (el gobierno de los ángeles), el hombre sucumbe bajo su peso. Si el mundo pierde completamente su sentido (el gobierno de los diablos) tampoco se puede vivir en él.

Las cosas, repentinamente privadas del sentido que se les supone, del lugar que tienen asignado en el pretendido orden del mundo [...] provocan nuestra risa. La risa pertenece pues, originalmente, al diablo. Hay en ella algo de malicia (las cosas resultan diferentes de lo que pretendían ser), pero también algo de alivio bienhechor (las cosas son más ligeras de lo que parecen, nos permiten vivir más libremente, dejan de oprimirnos con su austera severidad)


"En la mayoría de los hombres el intelecto es una máquina pesada, sombría, rechinante, que cuesta poner en movimiento: cuando quieren trabajar y pensar bien con esta máquina, lo llaman tomar en serio el asunto -¡oh, cuán fastidioso tiene que serles el pensar-bien! Tal como parece, la amada bestia hombre pierde el buen humor cada vez que piensa bien: ¡se pone serio! Y en donde hay risa y jovialidad nada vale allí el pensar -así suena el prejuicio de esta bestia seria en contra de toda ciencia jovial.-¡Pues bien! ¡Mostremos que es un prejuicio!"

NIETZSCHE



Primer Chiste:

El Conejito vagaba alegremente por el bosque cuando se encontró al Puma haciéndose un cigarrillo de marihuana.

-¿Qué hace señor Puma? No, no haga eso, es malo para su salud. Mejor acompáñeme a pasear por el bosque, tomemos aire y riamos juntos, porque reír es bueno para la salud.

El Conejito logra convencer a Puma y se van por el bosque riendo juntos.

Más adelante se topan con Tigre que se está preparando una suculenta línea de cocaína.

-¿Qué hace señor Tigre? No, no haga eso, es malo para su salud. Mejor acompáñenos a Puma y a mí a pasear por el bosque, tomemos aire y riamos juntos, porque reír es bueno para la salud.

Después de un largo rato, Conejito logra convencer a Tigre, y junto con Puma y Conejito se van por el bosque riendo juntos.

Más adelante se topan a León ensimismado golpeándose suavemente la vena de su brazo con una jeringa en el hocico llena de heroína.

-¿Qué hace señor León? No, no haga eso, es malo para su salud. Mejor acompáñenos a Puma, a Tigre y a mí a pasear por el bosque, tomemos aire y riamos juntos los cuatro, porque reír es bueno para la salud.

Entonces León lo mira con ojos escarlata y de un zarpazo lo manda a volar entre los arbustos. Puma y Tigre se enfadan y reprimen a León.

-¿Por qué has golpeado a Conejito, él sólo quería hacerte un bien? ¿Qué hay de malo ir por el bosque, tomar aire fresco y reír un poco?

León responde:

-No hay nada de mano en ello.

-¿Entonces, por qué has golpeado a Conejito?

-Porque a Conejito siempre le gusta pasear por el bosque, tomar aire fresco y reír como loco cada vez que se mete unas tachas.


Segundo Chiste:

Toro Sentado se haya sentado en la cima de una roca meditando concentradamente sobre la inmortalidad del cangrejo, mirando las praderas y los búfalos.

Nuvecilla Blanca, sigiloso, se acerca por la espalda y cuando está cerca de él, le hace: ¡Buuuuuuu!

Toro Sentado pega un salto de susto. Nuvecilla Blanca ríe escandalosamente, y dice:

-Es verdad que te espanté Toro Sentado hijo de Vaca Pinta.

Y mirándolo encabronado, Toro Sentado le responde:

-Y tú que crees Nuvecilla Blanca, hijo de tu ching@&%$#/()


¿Otro? Ahí va.


Tercer chiste:

Cuando era pequeño mi padre me dijo que a los hombres que andaban muy de noche se los chupaba la bruja. Eso me dio mucho miedo y no salía de noche si no estaba yo acompañado por mis hermanos.

Cuando llegué a la edad de las masturbaciones, me dediqué afanosamente a buscar a la bruja.

Si no le entendieron ni modo.


¿Otro? Ahí va.


Cuarto chiste:

En un crucero, el padre que iba al volante le pidió a su pequeño hijo le avisara cuando no viniera coche de su lado para abordar la arteria. El hijo se puso trucha mirando a su derecha.

-¿Ya, hijo? ¿Ya?

El chavalito no respondía.

-¿Ya, hijo? ¿Ya? –Insistía el padre.

-¡Pélate, papá! ¡Pélate!

Entonces el padre pisó el acelerador y rechinando llanta abordó la arteria. En ese instante un tráiler los arroyó.

Más tarde, el magullado y tierno padre le pregunta a su magullado y tierno hijo.

-¿Qué has hecho hijo mío?

-Yo nala papito. Usté que no se espeló.



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